sábado, 24 de noviembre de 2012

MI ABUELA



Mi abuela
I
Mi abuela me enseña a olvidar las memorias,
A agarrar el nuevo día por los cuernos,
A darle un garbeo por otras
Latitudes,
Y a no engancharlo
Nunca engancharlo
A llantos pasados.
Le agradezco
Esta sabia eternidad de días nuevos,
Este saco de osadías no estrenadas,
Esta ingenua honestidad
Para con uno.
Dice que el pasado siempre es malo,
Que hay desgarros sin sentidos ni remedios,
Que lo que haya por llegar es lo que vale,
Que la experiencia es engaño,
Y que viven de verdad
Sólo los niños.
Mi abuela tiene noventa
Y seis
Abriles de sol generoso
Y un inmenso impulso de vida
Que nadie se explica.
Todos los ojos la siguen celosos
Cuando abre su puerta en las mañanas
Para salir a pasear por el barrio
Oliendo a la sal
Del mar
Que le bulle.
II
Uno esperaría
De una señora de edad
Que se comportase tristemente con los muertos,
Que les honrase las glorias
Y les rezase algún salmo,
Que les limpiase los marcos antiguos de fotos antiguas,
Y que rompiese a llorar
De vez en cuando.
Mi abuela no.
Manda al carajo a los muertos, a los vivos. a los idos
Y a los olvidados.
Dice que vive el que quiere vivir
Y que hay razones de orgullo
Para atarse al pleno sol de cada mayo,
Que no pasarán
Por encima de su hambre de vida,
Y que siempre es pronto para morir,
Y que vaya putada.
III
Hoy recupero a mi abuela.
A fuerza de verla existir
No me sorprendo,
Pero roza la centena y sonriendo,
Carcajeada más bien
De tanta historia lamentada.
Tres veces pilar:
Por nombre, por origen y por absoluta vocación de resistencia.
No hay por donde no pasó:
Estrechas y anchas,
Duras y muy duras,
Pero hija,
Ni así
Se afloja.
Como en garras agarra
Cada rayo de sol
Que se le ofrece,
Y se arremanga las faldas
Para echarse a bailar
Al son de sus años.

No hay comentarios:

Publicar un comentario