sábado, 24 de noviembre de 2012

El portal de Rajoy (oy oy oy)

Hasta el Vaticano han debido de llegar noticias de la grave crisis que está atravesando nuestro país. Y ellos, solidarios como son, de inmediato han aplicado en carne propia la filosofía de Rajoy, y se han puesto a recortar como locos. Tanto que, a mi modo de ver, se han pasado cuatro pueblos.

Lo primero que suprimieron fue el purgatorio. Bueno, suprimirlo no, sólo cerraron su sede social, que los edificios tienen mucho gasto; lo han dejado on-line: sabes que existe, pero no dónde se encuentra. No me pareció mal. Era, según tengo entendido, una especie de sala de espera previa a la decisión final. Eterna, nada menos. Me la imagino abarrotada de almas en pena mordiéndose las uñas. Un estrés, oiga. Peor que esperar las notas de la Selectividad. Ahora pasaremos la espera en nuestra cajita de pino, tan ricamente. Y también suprimieron la salita anexa, el limbo, donde iban los bebés que morían sin bautizar. Pues qué quieren que les diga. Pues eso.

El año pasado suprimieron también el infierno. Bueno, aún funciona su página web, por si lo necesitan. Como lo oyen. De un plumazo. No sé si hubo referéndum o si fue simple y llanamente un decretazo. Tantas almas en pecado suponen un gasto difícilmente soportable, y al fin y al cabo, escapaban de las competencias propiamente dichas de la Iglesia. ¡Ah! ¡Haber sido buenos! Y eso sin hablar de la cantidad de gasoil que hace falta para mantener el lugar a tan altísima temperatura. Nada, nada. Se cerró el chiringuito y punto. No hay dinero, no hay opción. Tampoco lo lamenté demasiado, para qué les voy a mentir.

¡Pero lo de este año ya es el colmo! ¡Anda que no podían haber suprimido de otras partidas! Menos santos, por ejemplo, que hay más que días tiene el año. De todas formas no los íbamos a poder celebrar. Y menos estaciones en la Pasión. Si al final tiene que pasar lo que tiene que pasar, ¿para qué tanto mareo? Abreviando, que es gerundio. Menos apóstoles, ¿para qué doce? Si nadie se sabe todos los nombres.

¡Pero por el amor de Dios, literal! ¡Suprimir la mula y el buey! ¡Ni que fueran los toros de Tordesillas! ¡Si estos estaban siempre ahí, tumbaditos en el portal, sin molestar a nadie! ¿Que comían demasiado? Bueno, pero... ¿Que el efecto invernadero estaba acabando con los pastos de la zona? Ya, pero... ¿Que no se conformaban con el pienso? ¿Ni había sitio en el portal para almacenar los sacos? 



Y lo que me parece peor es que, como dice el dicho, a río revuelto ganancia de pescadores. Porque tanto suprimir, tanto recortar... ¡¡¡¡pero a la estrella, que antes era fugaz, ahora la han ascendido a Supernova!!!!

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